Este artículo analiza cómo los católicos franceses interpretaron y manipularon los prodigios celestes durante las guerras de Rohan (1621–1629) para convertirlos en signos de una guerra santa contra los protestantes. Mientras la monarquía de Luis XIII promovía una lectura política de estos conflictos —centrada en la represión de rebeldes, no en la lucha confesional—, los panfletos católicos más radicales defendían una visión sacralizada del conflicto, legitimando la violencia religiosa mediante una interpretación semántica de los acontecimientos prodigiosos.
Goderniaux demuestra que estos impresos efímeros —libelos, relaciones, discursos— representaban los portentos naturales (cometas, terremotos, cruces sangrantes, etc.) como mensajes divinos que advertían al rey y al pueblo sobre la necesidad urgente de combatir la herejía. Así, los enemigos de Luis XIII dejaban de ser rebeldes y pasaban a ser culpables de una ofensa a Dios. El propio rey era instado por estas publicaciones a asumir el papel de nuevo Clodoveo o Carlomagno: el monarca elegido por Dios para restaurar la fe verdadera mediante las armas.
El artículo contextualiza esta retórica dentro de la tradición católica postridentina y muestra cómo las lecturas prodigiosas se contraponen al espíritu del Edicto de Nantes, que buscaba la coexistencia confesional. Este discurso reactiva un imaginario de guerra religiosa que, si bien ya estaba en declive político, encontraba aún una resonancia emocional profunda. En conclusión, Goderniaux ofrece una lúcida cartografía de las tensiones entre religión, propaganda, interpretación prodigiosa y violencia simbólica en un momento clave de la historia francesa.
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