Durante el siglo XVIII, en toda Europa se produjo un marcado aumento en la producción de traducciones y, al mismo tiempo, se intensificaron los debates sobre su importancia como herramientas para la difusión "controlada" de todas aquellas obras —desde novelas hasta textos teatrales, desde manuales técnico-científicos hasta libros de historia o viajes— que pudieran satisfacer los intereses y necesidades de un público cada vez mayor. En cuanto a la situación específica de la península itálica, es sobre todo Venecia la que se destaca como uno de los principales centros de producción de traducción.
Este volumen pretende esbozar un primer cuadro parcial de este fenómeno, poniendo a disposición de los lectores una selección de documentos (principalmente cartas dedicatorias y prólogos de impresores y traductores) que resumen con eficacia algunas de las principales reflexiones del siglo XVIII sobre la utilidad de las traducciones y de intervención textual y paratextual más adecuada para completar los diferentes proyectos editoriales. Los textos recogidos, por un lado, nos permitirán captar algunas de las características de los procesos de recepción de la cultura europea en el territorio italiano durante la Edad Moderna y, por otro, nos permitirán adentrarnos más directamente en el méritos del trabajo de los traductores, figuras que —entonces como hoy— juegan un papel indispensable de mediación cultural.
ISBN 978-88-297-0509-2.