Entre los numinosos y admirables acontecimientos relatados por las relaciones de sucesos de época áurea, los desastres de origen natural destacan por cobrar un notable eco mediático. En efecto, la inédita atracción por las catástrofes no solo se debe a la compleja evolución del público, con su imaginario, de la así nombrada ‘cultura de cordel’, sino también al cambio radical que se dio en la percepción, la interpretación y la narración de los tiempos calamitosos. A partir de la individuación de los rasgos que conforman la narración reportera de la catástrofe –concretamente, sus armazones retóricos y estilísticos, sin descuidar su conexión con los demás géneros literarios–, el propósito de este libro consiste en indagar de qué manera la cultura de la época se apodera y llega a asumir el ‘desastre’ como categoría fenoménica, atribuyéndole el variado acervo de significados que solo un atento rastreo textual consiente elicitar.