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E-BORESU nº 14

En 1560, Toledo fue el escenario de una fiesta pública que se organizó para recibir a la reina Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II. La ciudad fue engalanada con variados ornatos de carácter efímero, entre ellos, cinco arcos de triunfo que daban soporte a multitud de elementos iconográficos con los que se transmitía un mensaje centrado en la exaltación de la monarquía. Este artículo pretende mostrar cómo el estudio comparativo de dos relaciones de sucesos nos permite hoy aproximarnos a la realidad perdida de una arquitectura efímera: el arco situado junto a la Puerta de la Bisagra.

DOI: https://doi.org/10.13136/2284-2667/1561